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Cada cuanto hay que bañar al perro

El baño ha de ser una experiencia entretenida que fortalezca los nudos cariñosos y de jerarquía entre tú y tu mejor amigo.

Índice

Como saber si tu perro necesita un baño

Antes de entrar en datos sobre la continuidad con la que hay que mojar a este integrante de la familia  con cuatro patas, ten presente que esto pasa con los perros como con los humanos. Una cosa es partir de un cierto hábito higiénico saludable, pero de todas maneras, en todo caso, va a haber que lavarlo en el momento en que esté sucio o haya efectuado una actividad física intensa, por poner un ejemplo. De esta manera, si prestas atención a determinados datos y hábitos, vas a poder entender de forma fácil cuándo tu perro necesita ir al baño.

Causas para saber la continuidad con la que se puede lavar a un perro

Hay diversos tipos de razas, y en consecuencia diversos tipos de pelo. Varios de ellos son más delgados o más frágiles, con lo que se manchan más veloz que otros. Un caso de muestra de comparación sería un perro Yorkshire y un labrador retriever.

El pelaje del Yorkshire es en general bastante fino y largo, lo que lo realiza más gordito y su piel más frágil. Por este motivo, un yorkshire necesita una mayor continuidad de baños que un labrador retriever, que se identifica por tener un pelaje considerablemente más espeso y corto.

El pelo del perro pierde sebo al lavarlo

Hablamos de desmentir los mitos pues seguramente próximamente alguien te va a haber dicho que lo mínimo posible para que el sebo que se encuentra en su pelo no perdió. Algo interesante si tomamos en cuenta que aun los humanos, en el momento en que nos duchamos o nos bañamos, los perdemos. Pese a ello, no es un apunte problemático en tanto que la regeneración del pelo del perro es altísima siempre y cuando no se abuse del número de baños.

Adjuntado con esta afirmación, posiblemente también hayas escuchado que mojar cambia el pH de un perro. Y sí, eso es completamente cierto! Pero del mismo modo que lo hacen los humanos, con una salvedad ignota: el pH de un perro cambia, aun en el momento en que ingresa a un río o se humedece con la lluvia. Algo que, lejos de ser dramático, es solo cuestión de tiempo para reequilibrarse y no es irreversible ni arriesgado para el perro.